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"La cuestión es entender quién tiene la autoridad de hablar en nombre de una religión, si la mayoría de los integrantes y practicantes (especialmente la Católica) son mujeres. Ellas tienen derecho de ejercer un liderazgo". Mónica Maher, teóloga.
El papel de la mujer en la religión es un carácter poco considerado por la gente del común, y por los mismos pertenecientes a las religiones y sus predicadores. El papel de la mujer como “origen de todos los males” con el acontecimiento planteado en la Biblia, de que Eva fue la pecadora, es uno de los estereotipos que personas como Mónica Maher, quiere romper y decir la “verdad”.
Tanto hombres como mujeres, tiene la oportunidad de ser lideres en sus cultos y religiones, hecho que era común en el pasado. María Magdalena que fue la primera apóstol, claro ejemplo de cómo el poder femenino puede radicar en un aspecto socio-cultural como lo es la religión. No presentan dificultades para hacer una Misa, para dar la comunión, para hacer un bautizo o una confirmación, no las hace menos que nadie, pero tampoco superior a los demás. Tratar por igual es sinónimo de respeto e igualdad. Valorar las ganas y fuerzas de mujeres interesadas en repartir la enseñanza de Dios, es un acto bueno y respetado, no por muchos pero si por algunos.
Las mujeres tienen la misma capacidad que cualquier hombre, y hasta más. Su creatividad, intelecto e imaginación tecnológica, puede igualarse a cualquiera y puede superar muchos limites del común. En las ultimas dos décadas ha habido movimientos femeninos fuertes, la protección ante su maltrato y la defensa por sus derechos y reconocimiento humano y no de inferioridad, es una forma de ver que las mujeres pueden y quieren ser pertenecientes a cualquier medio participe de la comunidad. Y que la jerarquización religiosa, pero también en cualquier otro ámbito, no debe ser machista.
La Homosexualidad, es un tema que en un pasado, en décadas anteriores, no era aceptado por la iglesia ni por el común, se veía como una desviación de lo que se traza como normal, “una fuerza demoniaca” o que no seguía las reglas del “Señor” (las parejas de diferente sexo). Ahora comunidades religiosas aceptan que este hecho no es ajeno a nadie, y deben ser aceptados por todos, ya que siguen siendo “Hijos de Dios” y hermanos de todos, por cualquiera que sea su sexualidad, no tienen derecho a ser discriminados por personas que aman la creación de Dios.
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