El promulgar la Religión, en escuelas y en la misma calle (por predicadores), es un acto que es tomado por iniciativa propia, mas no por obligación.
En las escuelas el decreto “4500 del 19 de diciembre del 2006”, afirma que en las escuelas y establecimientos de educación básica primaria y bachillerato, la enseñanza de de el área de educación religiosa y moral será obligatoria. Pero hay una contradicción, porque también establece que esta materia solo será enseñada a aquellos que quieran y se sientan a gusto con asistir y ser parte de la cátedra activamente. Pero para aquellos estudiantes que no deseen recibir esta educación religiosa, el plantel estudiantil tendrá a su disposición un programa alternativo, siendo esta decisión respaldada por los padres del joven o sus tutores legales.
Esta decisión me parece oportuna, especialmente en la enseñanza escolar. Si bien, cada quien tiene derecho a su libre expresión o desarrollo de la personalidad, Art. 16 de la Constitución de la República de Colombia, en donde un individuo, persona natural, puede elegir su situación religiosa, dando por declarado a aquellos que quieren ser devotos, y los otros que solo quieren seguir creyendo y juzgando lo que pueden percibir. El cambio de pensamiento que si no eres religiosos o crees en la salvación, eres ajeno a tu sociedad, aceptar esta diferencia y libertad de culto es un paso importante en aquellos que no quieren seguir una “tradición”.
Pertenecer o no a una religión, no te hace menos persona que otros, ni tampoco se puede decir que careces de valores. Creer en algo es decisión de cada quien, nadie puede obligar a nadie a hacer algo, respaldado en la constitución Colombiana, ese derecho se encuentra en los fundamentales.
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